Cupido disparando su flecha
Entorno de François Boucher (París 1703 – 1770)
Óleo sobre lienzo, 48 x 40 cm
con marco 58 x 49 cm.
Detalles completos de la obra en https://www.antichitacastelbarco.it/it/prodotto/cupido-che-scocca-la-freccia
El cuadro, de agradable calidad y gracia típicamente dieciochesca, describe al pequeño Cupido, Dios del Amor, rodeado de nubes vaporosas e intentando disparar uno de sus dardos. La iconografía, que tiene su origen en los cupidos de la edad clásica, representados como niños armados con arcos en el acto de disparar sus flechas, tuvo luego una gran difusión en la edad renacentista y barroca, encontrando en los parámetros del gusto rococó su plena difusión. El delicado cuadro aquí presentado se inscribe plenamente en esta producción, probablemente parte de una serie o realizado como una graciosa prenda de amor.
El cuadro retoma las numerosas composiciones pictóricas ideadas por el maestro francés François Boucher (París 1703-1770). La buena calidad del cuadro podría indicar una derivación del taller. Nacido y criado en París, recibió su formación artística en el taller de François Lemoyne. En 1727 partió para un viaje de estudios a Italia, hospedándose en Roma en la Academia de Francia y, por un breve tiempo, en Nápoles y Venecia. En la península tuvo la oportunidad de conocer y estudiar a los Carracci, Pietro da Cortona, y sobre todo a Guercino y Correggio, sus grandes puntos de inspiración, sin descuidar naturalmente a los maestros venecianos, como Veronese y Tiepolo. Alrededor de 1731 Boucher regresó a París, donde obtuvo rápidamente el favor real y el interés de los coleccionistas privados, convirtiéndose en un artista muy prolífico que influenciará profundamente el nuevo movimiento rococó.
En sus obras se notan finalmente unas estrictas afinidades con las obras de Sebastiano Ricci, que Boucher conoció personalmente durante su estancia en Venecia, calcando su estilo, caracterizado por los ricos efectos decorativos y luminosos.
El observador de este bello cuadro consigue fácilmente identificarse en la figura que será alcanzada por la flecha y siente ese dardo como si estuviera delante de sí, una sensación que el artista permite hacer probar a través de una audaz perspectiva frontal. De inspiración para nuestro artista, para este expediente pictórico, debió de ser ciertamente el Guercino con su célebre 'Venus, Marte y Amor' (Módena, Galleria Estense), comisionado por el duque Francesco d'Este. Con una invención formidable Gurcino retrata de hecho a Cupido en el acto de disparar el dardo directamente hacia el espectador, siguiendo la indicación de Venus, cuya mano derecha está pintada casi a trompe l'oeil. Quien mira es así llamado a identificarse con el comitente de la obra.
El cuadro se encuentra en óptimo estado de conservación, reentelado profesionalmente y completo con un marco de madera lacada y dorada.