LOT Y LAS HIJAS
Escuela veneciana de finales del siglo XVI, seguidora de Paolo Cagliari, llamado el Veronés.
Pintura al óleo sobre lienzo limpiada y reentelada, examinada con lámpara negra; son evidentes algunas restauraciones, afortunadamente no perjudiciales, los rostros están bien conservados y no restaurados.
Una limpieza y una restauración adecuada harían que la pintura fuera más legible y valiosa.
Medidas cm: h. 140 x 202
El viejo padre ya confundido por el alcohol, con el rostro inclinado y resignado como si ya hubiera comprendido su destino, extiende aún la mano con el cuenco, para tener más vino. Una de las dos hermanas acercándose con dulzura, sostiene la mano del padre, la otra se prepara con la jarra para verter más vino.
En las obras del Veronés a menudo se representa una figura en primer plano, con vestiduras de un corpulento drapeado con los colores luminosos del amarillo anaranjado y del verde oro, que muestra la espalda al observador. Las figuras femeninas son siempre corpulentas y las vestiduras a menudo dejan al descubierto los hombros y un seno.
NOTAS BÍBLICAS
Lot, sobrino de Abraham, fue el único hombre sabio de Sodoma, tanto que los ángeles del Señor, hospedados en su casa, le dicen que abandone la ciudad con su familia pero que nunca mire atrás; pero la mujer de Lot, sin embargo, movida por la curiosidad, se volverá para ver el castigo de Sodoma y será transformada en una estatua de sal que se disuelve en el viento.
Hasta aquí la parte conocida de la historia, la menos conocida es que Lot y sus hijas llegan a un territorio deshabitado (no se entiende por qué no podían unirse a la tribu de Abraham, pero la Biblia es así...), donde no había hombres; las hijas desean tener niños para continuar la genealogía y entonces una noche emborrachan a Lot y se unen a él (en resumen, todos a escandalizarse por las comedias de Aristófanes, pero la primera orgía, incluso incestuosa, la tenemos en la Biblia); los hijos que nacieron de esta unión son Moab y Ammón.
El relato tiene un fin, ciertamente pretendía mostrar el origen impuro de dos pueblos, los moabitas y los ammonitas, tradicionales enemigos de Israel.