El cuadro presenta el Puente de Rialto de Venecia en una escena sugestiva y variopinta. Las pinceladas son suaves y difuminadas, dando al cuadro un aura de tranquilidad y serenidad. Los colores son vibrantes y luminosos, reflejando la luz del sol que se refleja en el agua de los canales venecianos. La paleta de colores usada recuerda a la de los impresionistas, creando una sensación de movimiento y vitalidad en la composición. Los edificios alrededor del puente están representados con matices, dándoles un aspecto etéreo y onírico. En general, el cuadro captura la esencia romántica y pintoresca de Venecia y de su célebre Puente de Rialto.
Giuseppe Flangini nace en Verona el 27 de junio de 1898, se diploma en junio de 1916 e inmediatamente comienza a trabajar como maestro de primaria, continuando incluso después de su traslado a Milán en 1944. Posteriormente, decide dedicarse completamente a la pintura y al teatro, colaborando con la revista teatral “Controcorrente”. El mundo del escenario le permite establecer amistades duraderas con actores y directores, pero también con artistas, entre ellos Pigato, Vitturi, Albertini, Semeghini, Oliboni, Arturo Martini Sassu, Migneco, Carlo Carrà, Aldo Carpi, Consadori.
Su primera exposición es organizada por la Società Belle Arti en Verona en 1921. Así comienza la participación en numerosas Bienales nacionales hasta 1963 (póstuma).
En 1922 comienzan los viajes al extranjero, eligiendo como primer destino Bélgica, para conocer a los familiares de su joven esposa, la pintora Gina Zandavalli Flangini.
Durante una de sus estancias en Ostende, probablemente en 1933, entabla amistad con James Ensor con quien, en numerosas ocasiones, se encontró discutiendo sobre arte. “Los últimos años de Giuseppe Flangini, desde 1959 hasta 1961, estuvieron caracterizados por el nacimiento de un nuevo y feliz cromatismo reconducible a las experiencias de los fauves y de Vlaminck en particular. En obras como “Campagna a Charleroi”, “Mulino a vento a Hetchel” y “Paesaggio a Gilly” trasluce una visión más serena de la vida, que se expresa además de en los temas también en los tonos amarillos, ocres rojizos y morenos, vivaces y encendidos en una atmósfera tersa y limpia. “Faro di Ostenda” y sobre todo “Mulino a Bruges”, última obra del artista que quedó incompleta en el caballete de su estudio a su muerte, permanecen como testimonio del perdurar de una investigación aún abierta y vital” (A. Di Lieto).
En agosto de 1961 Flangini murió repentinamente en Verona por envenenamiento por color.
Para más información sobre la biografía de Giuseppe Flangini, consulte el sitio web www.faustinimarcoantichita.it
La obra mide 29 cm de alto y 40 cm de ancho sin marco y 44 cm de alto y 54 cm de ancho con marco.
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