Marzio Masturzo, atrib. (Activo en Nápoles y Roma en la segunda mitad del siglo XVII)
Batalla entre caballerías y navíos con ciudad fortificada a la izquierda
Óleo sobre lienzo, 113 x 172 cm, con marco .H126 – L186 – p 7
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El cuadro representa una cruenta batalla entre dos caballerías. El enfrentamiento, descrito en primer plano, se caracteriza por un fuerte dinamismo y está ambientado en la llanura que da a una ciudad fortificada, situada a la orilla del mar. En segundo plano se describe una muralla con una imponente fortaleza y a lo lejos casas e iglesias de un centro habitado. El horizonte está marcado por algunas montañas y una roca destaca a pico sobre el golfo. A la derecha, está en curso una batalla naval: se pueden notar algunos navíos de guerra con las velas izadas que, cerca de la orilla, están comprometidos en el enfrentamiento. Humos de disparos y cañones participan en la descripción dramática del evento. La cromía del cuadro gira en torno al equilibrado juego de grises y ocres, donde destacan en primer plano rojos y azules encendidos que sugieren al observador el punto crucial del conflicto. El cielo atormentado contribuye, con la vegetación situada en primerísimo plano a la izquierda, a enmarcar el cuadro.
La compleja y bien equilibrada composición, el amplio espacio descriptivo asignado a la ambientación, la paleta cromática, así como el modo en que están descritos los personajes del lienzo, permiten atribuir el cuadro a un pintor activo en Nápoles en la mitad del siglo XVII.
El género de la pintura de batallas tiene un grandísimo éxito en las colecciones de la nobleza italiana y europea del siglo XVII y XVIII. Las batallas del Renacimiento italiano, en las que la escena convergía hacia un protagonista preciso, evolucionan hacia una tipología de combate "sin héroe”. El cruento realismo de los detalles y el desarrollo dinámico de la narración confunden la figura del protagonista, cuando presente, para dar importancia al torbellino de caballos y combatientes armados, entre los cuales, por cierto, no emerge un vencedor.
Las batallas de los pintores napolitanos son a menudo exaltadas por un cromatismo intenso, una pincelada vívida y marcada, rojos y azules muy fuertes, que reflejan la aspereza de los combates y la animosidad de los contendientes. El evento bélico viene representado con gran encono y dinamismo y la fuerza expresiva es exaltada por urlas de dolor y de rabia, rostros expresivos, caballos rampantes, heridos y moribundos tendidos en tierra. Característicos también los cielos, donde las nubes gris oscuras, que anuncian tempestad, participan en la tragicidad del conflicto.
La tela remite a los resultados pictóricos de la producción artística de Marzio Masturzo.
Los documentos ciertos relativos a la vida y a los desplazamientos de Masturzo son escasos; igualmente dificultoso ha sido reconstruir, por la crítica, un catálogo de obras autógrafas. A través de pinturas presentes en colecciones privadas, en museos y cuadros pasados por el mercado anticuario ha sido posible identificar un copioso corpus de trabajos que son reconducibles a su mano. El trabajo de los historiadores del arte, conjuntamente al de los anticuarios, al conferir justas atribuciones al fin de delinear mejor la figura de Masturzo, prosigue pero los estudios están aún en acto. En este sentido, debe señalarse el trabajo de Giancarlo Sestieri, el cual ha indagado la producción artística de los batallistas y de Masturzo, permitiendo pues con la comparación de las numerosas obras fotográficas reportadas, de individualizar las cualidades estilísticas que distinguen el corpus de pinturas a él asignadas hoy.
Las pocas noticias que se poseen en torno a su vida hacen remontar el aprendizaje primero con Paolo Greco, tío de Salvator Rosa, y luego en la bottega de Aniello Falcone. La estrecha relación de amistad que lo une a Rosa lo impulsa a seguirlo a Roma, donde se convierte en su fiel imitador.
Bajo el nombre de Marzio Masturzo han sido reunidas diversas batallas ligadas por análogas correspondencias inventivas, estilísticas y pictóricas. Las obras de cierta atribución (entre las cuales la batalla de la Galería Nacional de Roma) testimonian la cercanía del pintor a Rosa, pero también, según Giancarlo Sestieri, a Cerquozzi y a la fase inicial de Jacques Courtois dicho el Borgognone. Masturzo se demuestra un válido divulgador de los módulos específicos desarrollados en Nápoles y Roma con una pintura ya abierta a una interpretación barroca. En sus obras la escena principal del conflicto está inserta en un contexto paisajístico con fondos bien equilibrados, en los que comparecen rocas, castillos y fortificaciones con torrecillas redondas o cuadradas, a veces inspirados en edificios reales. La paleta cromática está articulada por el contraste entre las notas gris-azuladas y los tonos vivaces de los rojos y de los azules. Características son sus nubes vorticosas que se alzan del enfrentamiento.
La tela halla diversas posibles comparaciones con obras pertenecientes a su corpus, como es posible observar en algunas de las imágenes aquí propuestas.
Masturzo inserta en sus obras elementos de arquitecturas inspirados en edificios reales para luego inventar ciudadelas fortificadas y caprichos arquitectónicos. Un ejemplo es el Maschio Angioino más veces descrito con algunas variantes interpretativas. En la tela objeto de este estudio destaca, dentro de las murallas, la unicidad de la fortaleza de Castel del Monte, rodeada de un tejido urbano de fantasía.
Carlotta Venegoni